Se ha hecho de rogar un poco, pero aquí está la 3a y última entrega del fin de semana en París.
Mientras escribo estas lineas me siento triste y tengo el corazón encogido, otra vez. Presiento que va a ser como una segunda despedida a ésta ciudad que tanto me dio en tan sólo 3 días... (Cuando despegó el avión no lloré, pero poco faltó).
Dejando a un lado mi amor infinito por París, éstas últimas horas que pasamos allí (el avión salía a las 22h) fueron las más relajadas de todo el viaje. No sé si fue porque sabíamos que lo bueno se acababa o por que estábamos hechos polvo, pero el caso es que íbamos como flotando como en una nube y sin ninguna prisa.
El tercer día lo dedicamos exclusivamente a visitar el barrio bohemio de Montmartre y la basílica del Sagrado Corazón. Nos apetecía pasar las últimas horas callejeando y respirando el París más artístico.
Decidimos empezar con la visita que habíamos dejado pendiente el primer día al Sagrado Corazón. El día estaba algo nublado y no resplandecía de la misma manera, pero aún así tenía su encanto.
La entrada es gratuita y prácticamente no hay cola. La única pega es que no se pueden hacer fotos en el interior bajo ningún concepto (grrr...). Pero al entrar nos encontramos que todo el mundo estaba con móviles y compactas con el flash a toda castaña haciendo click como si no hubiera un mañana...
Obviamente no iba a ser la única que se quedara sin fotos pero ya te puedes imaginar a quién vino a llamarle la atención un segurata muy majo... Sí, a la única que hacía las fotos sin flash ;)
Aún así me dio tiempo a hacer un par de fotos que no están mal del todo.
Después de la visita al interior subimos a las cúpulas (esto ya no es gratuito) para disfrutar, una vez más, de una panorámica de París.
Puede parecer más de lo mismo, pues era la quinta atalaya parisina a la que subíamos, pero cada vista tiene su encanto y magia particular.
Desde lo alto del Sagrado Corazón dimos un primer vistazo al barrio de Montmartre; callejuelas estrechas y laberínticas y edificios variopintos.
A continuación, nos despedimos del París desde las alturas y bajamos a descubrir el barrio de Montmartre, situado alrededor de la colina del Sagrado Corazón.
De los 3 días que estuvimos allí, en ninguno sentí el agobio de la multitud como en Montmartre. Acostrumbrados a las grandes avenidas de París allí las calles son mucho más estrechas pero, además, creo que al menos la mitad de turistas de parisinos estaban allí aquel domingo!
Dejando a un lado el agobio momentaneo, Montmartre es una auténtica joya que transpira la esencia de París por todos lados: Los músicos tocando, los artistas con sus paradas, las calles estrechas que suben y bajan... Mires donde mires hay un rincón mágico esperandote: balcones con flores, boulangeries, cafés...
Pero vayas por donde vayas encontrarás gente, eso seguro. Un momento divertido del día fue después de esperar 5 minutos cámara en manop a que no pasara nadie para hacerle la foto al escaparate de la boulangerie, justo cuando hice click un hombre se puso en el otro lado a hacer la misma foto!
Supongo que le debió gustar el punto de vista... Pero ya no hubo manera de tener la foto sin "el otro" jeje
Como has podido ver en las fotos, salió el sol. ¡Y como picaba! Al final no nos pudimos resistir a una cerveza bien refrescante mientras disfrutábamos del ambiente de Montmartre.
Al final, entre el sol abrasador (32 grados a la sombre y pantalones largos) y que éstabamos en modo turista-zombie dimos por finalizada la visita de Montmartre un poco antes de lo previsto.
Por otro lado, el sol también achicharró nuestras neuronas y nos dejamos unas cuantas cosas por ver (entre ellas la pared que hay llena de "te quiero" en casi todas las lenguas del mundo!), así que ya tenemos excusa, otra más, para volver a París!
Pero antes de despedirnos del todo y para acabar el viaje con buen sabor de boca, fuimos a una pastelería a por unos deliciosos macaroons! Estaban de buenos... ;)
Después de los macaroons fue hotel-bus-aeropuerto y para casa a descansar.
Se acabó, c'est finni. Pasé más de un año deseando este viaje, más de dos meses haciendo la cuenta atrás y pasó en un suspiro. Que lejos y a la vez que cerca queda París...
Pero solo puedo estar agradecida y feliz por haber tenido la oportunidad de realizar de éste viaje, por haber tenido un tiempo de 10 y por que la compañía fue inmejorable :)
¡Y hasta aquí el diario de viaje de París! ¡Gracias por acompañarme en éste viaje!
El tercer día lo dedicamos exclusivamente a visitar el barrio bohemio de Montmartre y la basílica del Sagrado Corazón. Nos apetecía pasar las últimas horas callejeando y respirando el París más artístico.
Decidimos empezar con la visita que habíamos dejado pendiente el primer día al Sagrado Corazón. El día estaba algo nublado y no resplandecía de la misma manera, pero aún así tenía su encanto.
La entrada es gratuita y prácticamente no hay cola. La única pega es que no se pueden hacer fotos en el interior bajo ningún concepto (grrr...). Pero al entrar nos encontramos que todo el mundo estaba con móviles y compactas con el flash a toda castaña haciendo click como si no hubiera un mañana...
Obviamente no iba a ser la única que se quedara sin fotos pero ya te puedes imaginar a quién vino a llamarle la atención un segurata muy majo... Sí, a la única que hacía las fotos sin flash ;)
Aún así me dio tiempo a hacer un par de fotos que no están mal del todo.
Después de la visita al interior subimos a las cúpulas (esto ya no es gratuito) para disfrutar, una vez más, de una panorámica de París.
Puede parecer más de lo mismo, pues era la quinta atalaya parisina a la que subíamos, pero cada vista tiene su encanto y magia particular.
Desde lo alto del Sagrado Corazón dimos un primer vistazo al barrio de Montmartre; callejuelas estrechas y laberínticas y edificios variopintos.
A continuación, nos despedimos del París desde las alturas y bajamos a descubrir el barrio de Montmartre, situado alrededor de la colina del Sagrado Corazón.
De los 3 días que estuvimos allí, en ninguno sentí el agobio de la multitud como en Montmartre. Acostrumbrados a las grandes avenidas de París allí las calles son mucho más estrechas pero, además, creo que al menos la mitad de turistas de parisinos estaban allí aquel domingo!
Dejando a un lado el agobio momentaneo, Montmartre es una auténtica joya que transpira la esencia de París por todos lados: Los músicos tocando, los artistas con sus paradas, las calles estrechas que suben y bajan... Mires donde mires hay un rincón mágico esperandote: balcones con flores, boulangeries, cafés...
Pero vayas por donde vayas encontrarás gente, eso seguro. Un momento divertido del día fue después de esperar 5 minutos cámara en manop a que no pasara nadie para hacerle la foto al escaparate de la boulangerie, justo cuando hice click un hombre se puso en el otro lado a hacer la misma foto!
Supongo que le debió gustar el punto de vista... Pero ya no hubo manera de tener la foto sin "el otro" jeje
Como has podido ver en las fotos, salió el sol. ¡Y como picaba! Al final no nos pudimos resistir a una cerveza bien refrescante mientras disfrutábamos del ambiente de Montmartre.
Al final, entre el sol abrasador (32 grados a la sombre y pantalones largos) y que éstabamos en modo turista-zombie dimos por finalizada la visita de Montmartre un poco antes de lo previsto.
Por otro lado, el sol también achicharró nuestras neuronas y nos dejamos unas cuantas cosas por ver (entre ellas la pared que hay llena de "te quiero" en casi todas las lenguas del mundo!), así que ya tenemos excusa, otra más, para volver a París!
Pero antes de despedirnos del todo y para acabar el viaje con buen sabor de boca, fuimos a una pastelería a por unos deliciosos macaroons! Estaban de buenos... ;)
Después de los macaroons fue hotel-bus-aeropuerto y para casa a descansar.
Se acabó, c'est finni. Pasé más de un año deseando este viaje, más de dos meses haciendo la cuenta atrás y pasó en un suspiro. Que lejos y a la vez que cerca queda París...
Pero solo puedo estar agradecida y feliz por haber tenido la oportunidad de realizar de éste viaje, por haber tenido un tiempo de 10 y por que la compañía fue inmejorable :)
¡Y hasta aquí el diario de viaje de París! ¡Gracias por acompañarme en éste viaje!
¿Qué te ha parecido el 3r día?
Cualquier duda puedes preguntarme en los comentarios :)
¡Feliz día!
Un relato muy bonito. Tengo que reconocer que cuando fui a París (hace 9 años) no me sorprendió mucho, ni me dejó con la boca abierta. Sólo recuerdo los días grises y el frío infernal (ir en febrero es lo que tiene) pero después de leer tu experiencia, estoy dispuesta a darle una segunda oportunidad :)
ResponderEliminarGracias, Laura!
EliminarOstras, pues está claro que tienes que volver! Seguro que con un poco de sol y un cielo azul cambia la cosa ;)
Bonitas como siempre, tus fotos :) me encanta Montmartre, lo que recuerdo es todo precioso aunque no llegamos a entrar a la basílica del Sacrée Cœur. Lo que yo me dejé pendiente es la "ruta Amélie" que me haría mucha gracia hacerla :)
ResponderEliminarMontmartre es uno de los barrios más especiales de París, tiene muchísimos rincones!
EliminarEntonces ya tienes excusa para volver ;)
I love Paris! Gorgeous photos!
ResponderEliminarhttp://www.thetouristoflife.com
Thanks Yvonne!
EliminarQue buen resumen y guía práctica acabas de hacer. Yo no he visitado esta ciudad pero me encantaría muchísimo. Todavía me queda pendiente leer los otros dos post que le dedicas a París =)
ResponderEliminarLas fotos que muestras me gustan mucho, te puedo preguntar que objetivo usas?
Nos vamos leyendo Jessica =)
Gracias Julie! Se habla muchísimo de las maravillas de París y de lo bonita que es... pero es totalmente cierto!! :D
EliminarPor supuesto! El objetivo es un Sigma 17-70mm f2.8-4 DC MACRO OS HSM (no Contemporary, es la versión anterior) ;)
Personalmente estoy muy contenta con él, desde que lo tengo va soldado a mi cámara y no lo cambio por nada! :)
Estoy intentadno cuadrar un viaje a París en Diciembre de 3 días. No sé si al final podrá ser, pero si voy, me llevo tu guía de 3 días como compañera de viaje seguro!!
ResponderEliminarOoooh, París en Diciembre tiene que ser ♥♥ Ojalá salga al final y lo compartas todo todito en tu blog, estaré pendiente!
EliminarUn relato muy bonito. Tengo que reconocer que cuando fui a París (hace 9 años) no me sorprendió mucho, ni me dejó con la boca abierta. Sólo recuerdo los días grises y el frío infernal (ir en febrero es lo que tiene) pero después de leer tu experiencia, estoy dispuesta a darle una segunda oportunidad :) la-voz.net/combate-del-2-de-mayo/
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