¡Que ganas tenía de ponerme a escribir el Diario de viaje de los 3 días en París! Parece mentira que ya haya pasado un mes, con lo larga que se me hizo la espera...
Es curioso como, con el paso de los días, los recuerdos se van desdibujando y poco a poco van perdiendo detalle y nitidez. Pero aún más curioso es como al volver a ver las fotografías que hice aquellos días los sentimientos y las anécdotas vuelven igual o con más intensidad. Aún así, para que no se pierda entre los recovecos de la memoria, voy a escribir en el blog éste pequeño (pero intenso) Diario de viaje :)
Lo he dividido en un total de 3 entradas (una por día) e intentaré no alargarlas mucho. Mi intención es sintetizar al máximo y seguir la premisa de Little Haggi: poca letra y mucha fotografía.
De todas maneras no descarto futuras entradas para profundizar en cosas más concretas que me sorprendieron y/o gustaron de París. Naturalmente puedes decir la tuya en los comentarios y proponer temas o ideas que te gustaría que tratara más extensamente (ejemplo: el metro en París, el barrio de Montmartre...); ¡soy toda oídos!
Y ya, sin más dilación, ¡vamos a por el primer día en París!
El primer día fue el más intenso de los 3 de largo. Nos levantabamos en Barcelona a las 4h de la mañana, el avión despegaba a las 6h y a las 7:30h ya estabamos en París. Visto y no visto, habíamos llegado a Francia.
Entre que salimos del aeropuerto, llegamos al hotel y dejamos las maletas nos dieron las 9h. Llevabamos 5h en pie (no dormimos ni un poquito en el avión) así que nos fuimos directamente a la caza de un cafe y un croissant revitalizante. Y aquí llegó la primera torta: París no es caro, ¡es carísimo! Un café con leche cuesta de media unos 5€ y el petit dejeuner más económico que vimos costaba 6€ (incluía zumo de naranja natural, café con leche y un croissant).
Al principio me negué en rotundo y dije que (cito textualmente) "yo no pagaba 5€ por un café con leche en mi vida". Total, que al final me tuve que comer mis palabras acompañadas, eso sí, de un delicioso croissant de mantequilla que me supo a gloria. Porque, señoras y señores, ésos son los precios de París y no hay más. O los tomas o ayunas todo el viaje. Tu verás.
Después de la sablada desayunar nos pusimos en marcha sobre las 10h. Nuestro hotel estaba a 200m del famoso Moulin Rouge, así que fue lo primero que nos acercamos a ver. A O. le decepcionó muchísimo, a mi no tanto porque ya me lo esperaba. Y es que no es más que un edificio normal y corriente con un pequeño molino rojo encima. Ya está, fin de la historia. Bueno, eso y que ver el espectáculo sin cenar ni nada vale 100€ por cabeza, nada y menos.
Lo divertido es que está en el barrio de la Pigalle, una de las zonas más animadas y eróticas de París. A partir del Moulin Rouge en adelante parece que se abre la veda y la calle se convierte en una consecución de Cines XXX, Sex Shops, Clubes de espectáculos eróticos y algún que otro pub con karaoke intercalado. Es realmente sorpendente.
Al final, andando toda la calle adelante, llegamos sin querer a la basílica del Sagrado Corazón (Sacré-Coeur), situada en el famoso barrio bohemio de Montmartre. No entraba dentro de nuestros planes (de hecho queríamos bajar a Notre Dame) pero el contraste del azul del cielo con el blanco de la piedra de la basílica nos sedujo y de repente, sin darnos cuenta, nos encontramos subiendo las escaleras.
Y a los pies del Sagrado Corazón admiramos París desde lo alto por primera vez:
Aunque yo iba como loca buscando la Torre Eiffel desde allí no se veía (la tapaban unos arboles), aún así la vista no tiene desperdicio ninguno. Además, tuvimos mucha suerte y los tres días nos hizo un tiempo increiblemente despejado así que pudimos admirar París a nuestras anchas todo el fin de semana.
Ese día no entramos porque teníamos reservado un tour en Notre Dame a la 13h y ya eran las 12h y teníamos que coger el metro para bajar. Increíble ¿no? Hay que ver lo rapido que pasa el tiempo cuando estás disfrutando.
Tengo que decir que el metro de París en sí no me gustó nada, aún así tiene algunas estaciones exteriores y entradas realmente bonitas.
El tour que hicimos iba desde Notre Dame hasta la Place de la Concorde (donde está el obelisco de Napoleón III y empiezan los Campos Elíseos) bordeando el Sena. Fue una ruta realmente bonita aunque el tour en si nos decepcionó un poco, supongo que en 3 horas esperábamos cubrir una área más grande de París.
Tengo que decir que el Louvre me impresionó muchísimo, es increíblemente grande. Por que una cosa es saberlo y otra es verlo, y no tiene nada que ver. Es una construcción majestuosa.
Acabábamos el tour a las 16h, muertos de hambre y medio insolados en medio de la Plaza de la Concorde sin saber si algun restaurante se dignaría a darnos de comer. El caso es que, al final, después de dar unas cuantas vueltas, acabamos a las 17h de la tarde (sí, una hora perdidos por París) en un jardincito medio escondido delante del Louvre comiendo unas hamburguesas y unas patatas muy insanas pero que nos supieron a gloria. Éstas eran las vistas de nuestro "restaurante" improvisado:
De lujo, ¿no crees?
Con el estomago lleno y las piernas descansadas nos despedimos de éste pequeño oasis a las 18:30h y pusimos rumbo a les Jardins de Tuleries, un espacio verde que invita a sentarte en una de sus sillitas verdes y ver la vida pasar. Y, naturalmente, en un día de sol el parque estaba lleno de parisinos disfrutándolo.
Tengo que decir que el Louvre me impresionó muchísimo, es increíblemente grande. Por que una cosa es saberlo y otra es verlo, y no tiene nada que ver. Es una construcción majestuosa.
Acabábamos el tour a las 16h, muertos de hambre y medio insolados en medio de la Plaza de la Concorde sin saber si algun restaurante se dignaría a darnos de comer. El caso es que, al final, después de dar unas cuantas vueltas, acabamos a las 17h de la tarde (sí, una hora perdidos por París) en un jardincito medio escondido delante del Louvre comiendo unas hamburguesas y unas patatas muy insanas pero que nos supieron a gloria. Éstas eran las vistas de nuestro "restaurante" improvisado:
De lujo, ¿no crees?
Con el estomago lleno y las piernas descansadas nos despedimos de éste pequeño oasis a las 18:30h y pusimos rumbo a les Jardins de Tuleries, un espacio verde que invita a sentarte en una de sus sillitas verdes y ver la vida pasar. Y, naturalmente, en un día de sol el parque estaba lleno de parisinos disfrutándolo.
Una vez atravesamos el jardin llegamos a la Plaza de la Concorde y encaramos los Campos Eliseos. Desde allí ya veíamos el Arco de Triumfo a lo lejos así que, ilusos de nosotros, pensamos "vamos andando, si total tampoco está tan lejos". Novatos en París.
Cuando no habíamos recorrido ni una tercer parte de la distancia y el Arco de Triumfo parecía que seguía igual de lejos vimos el antiguo hospital de los Invalidos y decidimos acercarnos a ver que tal, tampoco parecía que estuviera tan lejos... Nosotros erre que erre.
Además, allí es donde está enterrado Napoleón III y nos hacía gracia ver el monumento que se auto-construyó. Pero para llegar a les Invalides hay que cruzar por uno de los puentes más bonitos de París: el puente d'Alexandre III. Es inmenso (como todo) pero las esculturas doradas y los detalles de las farolas le dan un toque único. Además, desde allí, se ve la Torre Eiffel.
Al final, antes de llegar a les Invalides, decidimos desviarnos e ir andando hasta la Torre Eiffel por callejuelas, que tampoco se veía tan lejos (somos cabezones). Al cabo de un par de días nos daríamos cuenta de que se nos había olvidado completamente la tumba de Napoleón III. Simplemente creo que estábamos tan extasiados por todo lo que veíamos que quedó relegado a un segundo plano.
El paseo que dimos por aquellas callejuelas medio perdidos (me había olvidado el mapa en la maleta) es uno de mis favoritos de todo el viaje. Perseguir la Torre Eiffel, perderla a ratos para volverla a encontrar cuando menos te lo esperas; es magico.
Eran las 20h cuando llegamos a los pies de la Torre Eiffel y no nos entretuvimos demasiado porque queríamos ir a ver la puesta de sol desde la Torre Montparnasse, un rascacielos de más de 50 plantas con una vista de París de 360º (y según O. la mejor de todas).
Es una terraza descubierta rodeada de cristaleras (y pequeños escarabajos que se pasean todo chulescos amenazando con arruinarte la foto) con pequeñas ranuras para que puedas tomar fotos sin cristal. Aquel día había unos músicos tocando y el ambiente era muy festivo. Puedes vagarear a tus anchas y, si te apetece descansar, en el centro hay una parte recubierta con una especie de goma blandita para sentarte y disfrutar.
Y desde allí disfrutamos de una preciosa puesta de sol con una de las vistas más bonitas de París:
Pero la magia de verdad empieza cuando se encienden las luces y París realmente hace honor a su nombre:
Después de la puesta de sol nos fuimos directos al hotel. Eran las 24h de la noche, llevábamos 20h en pie y estabamos agotados y saturados de tanto como vimos. Sencillamente no podíamos más.
¡Y hasta aquí el primer día en París! Si me has
Seguimos con el Diario de viaje dentro de dos lunes, es decir el día 14/7, para no saturar el blog con la temática parisina ;)
Y tú, ¿que harías (o que hiciste) en tu primer día en París?
Tengo que decirtelo. Tus fotos son increbles, que preciosidad! Mi hambre de Paris estaba bajando un poco pero después de leer tu entrada mi hambre ha vuelto!!
ResponderEliminarUn día agotador pero lo aprovechasteis muchisimo! Que sablazo por el desayuno, madre mia! ya podía estar bueno hahaha
un beso guapa! x
Muchísimas gracias, Victoria!! :D Que le vamos a hacer, es que París es una de esas ciudades que hay que visitar al menos una vez en la vida (o dos o tres...) ;)
EliminarLa verdad es que estaba buenísimo, pero era caro igual jeje Aunque claro, solo son tres días y ya que estás allí pues te das algunos caprichos que en tu ciudad no te darías nunca jeje
Se me ha puesto el vello de punta leyendo tu entrada sobre París y sobre todo viendo las fotos...tengo unas ganas tremendas de ir!!! Que bonito! Y que cansancio no? Para ser el primer día visteis de todo!
ResponderEliminarQue bien, Beatriz :) Si he conseguido transmitirte ni que sea una pizca de lo que fue París para mí ya soy feliz!
EliminarPues sí, fué el día que más cosas vimos pero de largo. Aunque tampoco entramos en ningún sitio, supongo que por eso nos dio tanto de sí el primer día (no perdimos tiempo en colas).
Querer abarcar tanto en tan poco tiene el riesgo de acabar agobiándote en vez de disfrutarlo... Al menos a mí me pasó la primera vez con Roma, la acabé odiando porque sólo teníamos 1 día para visitarla, en cambio la segunda vez, con 4 días, me enamoré...
ResponderEliminarAunque parece que ese no ha sido vuestro caso ;)
Me encantan las fotos. Y sobre todo las vistas desde la Torre de Montparnasse, que por cierto desconocía, ¡son una pasada! (Me lo apunto para mi próxima visita a París, jeje).
Por cierto, ¡cómo tiene que ser su ascensor!, y nos quejamos del del metro ¿eh?
Espero con ansia la "segunda entrega" ;D
La verdad es que hicimos una selección previa de lo que queríamos ver y lo que no. Y, aunque constantmente teníamos la sensación de "mucho que ver y poco tiempo", extrañamente no nos agobiamos sino todo lo contrario, disfrutamos de cada detalle de lo que vimos :)
EliminarLa verdad es que el ascensor sube en un visto y no visto, va rapídisimo!! jaja Desde luego es casi visita obligada para la próxima escapada a París ;)
Ostras Jessica!!! Me he enamorado al completo de este post!!
ResponderEliminarNo sé cómo explicar con palabras las sensaciones que me transmiten tus fotos; es que a parte de ser increíbles, me gusta mucho el procesado que les das.
Que sepas que yo me he sentido en el mismísimo y carísimo París!
Así que realmente no puedo elegir mis favoritas, pero sí el momento de tu día que más me ha gustado; el momento sablazo, pero porque los croissants de mantequilla me pierden y los de la foto tienen una pintaaa! (soy una golosa no lo puedo negar :P)
Y el momento atardecer en ese sitio tan bonito y romántico!
Ay estoy deseando ver el día 2!! Mil gracias por transportarnos a París Jessica!
besotes muy grandes!
Muchas gracias Laura! La verdad es que aún estoy aprendiendo, bueno, cada vez que cojo la cámara aprendo algo nuevo pero estoy contenta con el rumbo que está tomando mi fotografía (tanto en procesado como en la foto en sí) :)
EliminarPagamos lo que pagamos pero todo estaba increíble, los croissants especialmente. Así que, aunque en el momento me dolió, no me arrepiento para nada. Después de todo tampoco vas a París cada día ;)
He llegado a tu blog buscando, precisamente, consejos de fotografía para mi próximo viaje... ¡a París! Y que alegría ver esta entrada, tus fotos y todo lo que cuentas. Si ya tenía ganas de ir, ahora más aun. Me han encantado tus fotos, me servirán de inspiración. Desde luego qué día más bonito os salió. Espero que nosotros tengamos la misma suerte :) Voy directa a leer tu entrada sobre el segundo día en París. Enhorabuena de nuevo por la entrada y por las fotos.
ResponderEliminarMaría
Ooh, París, la amarás o la odiarás, no hay término medio para la ciudad de la luz :) No importa el día que os haga, tiene su encanto aunque sea bajo una lluvia torrencial. Aunque naturalmente siempre es mejor que haga bueno, al menos la primera vez ;)
EliminarDisfruta de la ciudad y cuéntame qué te ha parecido a la vuelta!!
que cuentas. Si ya tenía ganas de ir, ahora más aun. Me han encantado tus fotos, me servirán de inspiración. Desde luego qué día más bonito os salió. Espero que nosotros tengamos la misma suerte :) Voy directa a leer tu entrada sobre el segundo día en París. Enhorabuen la-voz.net/alfonso-ugarte/
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